Por Esteban Araya Silva
Observatorio de la Costa
Una vez más, el pasado 29 de octubre de 2021 fuimos testigos de la falta de comunicación entre dos organismos estatales. Por un lado, un Ministerio del Medio Ambiente (MMA) que expresa una voluntad por la conservación y protección de los humedales, con un Plan de Nacional de Humedales, un inventario de estos ecosistemas y distintas iniciativas de conservación relacionadas con la ley 21.202 de protección de humedales urbanos; y por otro, el Ministerio de Obras Públicas –del que depende la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH)–, que pareciera desconocer el trabajo o voluntad expresada por el MMA y la ciudadanía en materia de humedales.
La DOH tiene por misión proveer de servicios de infraestructura hidráulica que permitan el óptimo aprovechamiento del agua y la protección del territorio y las personas. No obstante, en plena crisis climática, en una región como Valparaíso –que atraviesa graves problemas de sequía y escasez hídrica–, no se entiende que se destruyan ecosistemas como los humedales.
Si bien las ciudades deben estar preparadas para enfrentar y contrarrestar crecidas de caudal, los ecosistemas de humedales, en este caso un humedal urbano como el estero Reñaca, cumplen un rol clave para amortiguar dicho fenómeno, pero al alterar su cauce se está contribuyendo a disminuir o eliminar esa capacidad. De soluciones basadas en la naturaleza (SbN), o infraestructura azul y verde, pareciera que la DOH no tiene intención ni conocimiento para implementarlas.
El estero Reñaca es un corredor biológico hacia el interior de la cuenca, pero también a través de la zona costera, lo que destaca la importancia de este ecosistema, que conecta otros ecosistemas y remanentes de ecosistemas originales, manteniendo su conectividad y permitiendo el flujo de especies por la cuenca.
La importancia de los corredores biológicos como el estero Reñaca está dada en relación al cambio climático, ya que la continuidad de la estructura de los ecosistemas ha permitido el desplazamiento de las especies de flora y fauna en épocas en las que ha habido eventos climáticos. Al calentarse o enfriarse paulatinamente el planeta, las especies van cambiando su distribución hacia zonas en donde cubren sus necesidades.
El estero Reñaca es un humedal costero ubicado en la zona costera de Valparaíso, que recorre en su mayoría zonas urbanas, siendo el Parque Natural Gómez Carreño el único sector sin urbanizar, lo que convierte a este humedal en un importante ecosistema urbano de Viña del Mar.
Este humedal no está libre de amenazas: hay presiones sobre varios sectores del estero. En su tramo más bajo se han realizado intervenciones en el lecho mediante la construcción de un puente que, a simple vista, no contempló medidas de resguardo para la conservación del humedal; por su parte, con el objetivo de descongestionar las calles cercanas, el municipio sumó la construcción de un badén, obra vial que tampoco consideró su resguardo ni su condición de humedal costero, y mucho menos su dimensión urbana.
Gran parte de las amenazas sobre estos ecosistemas son producto del desconocimiento que existe sobre su importancia y por qué los necesitamos. Las principales amenazas que recaen sobre estos ecosistemas tienen que ver con la presión y su pérdida; al desaparecer un humedal costero, desaparece la protección de la zona costera, aumentando la exposición y riesgo.
Un ejemplo de esto es lo que ocurrió en 2020 en Los Molles, donde se construyó un edificio sobre un humedal rellenado, el que luego se inundó producto de las lluvias de junio. Otras amenazas tienen que ver con el desconocimiento y usos no compatibles, como deportes náuticos, rellenos, pirotecnia, circulación de vehículos (prohibida por decreto supremo), que van en aumento en estos ecosistemas, tal como lo sufren a diario los humedales de Concón y Mantagua.
La ley de Humedales Urbanos en Chile
La zona costera es un territorio diverso donde están presentes los ecosistemas de humedales, muchos de estos insertos en las áreas urbanas. Existen varios tipos de humedales costeros, como lagunas litorales, esteros, ríos, estuarios, sectores de playa e intermareal.
Muchos de estos ecosistemas, como el estero Marga Marga o el estero Reñaca, son invisibilizados por la comunidad, siendo vistos como lugares “sucios” o contaminados por la presencia de agua estancada, o por el imaginario colectivo construido alrededor del concepto “estero”. Sin embargo, se trata de importantísimos ecosistemas, corredores biológicos que permiten la movilidad a nivel de cuencas, siendo su principal rol la mitigación al cambio climático.
Los humedales son disipadores naturales de la energía de eventos cada vez más perceptibles, intensos y frecuentes como las marejadas, e incluso los tsunamis. Es así como para el terremoto del 2010, el humedal de Concón amortiguó la energía de las olas, evitando que el agua se desbordara hacia otras zonas.
Los humedales costeros controlan la erosión, resguardando y protegiendo las costas, y la conservación de estos está relacionada al mantenimiento de nuestras playas, algo que no es muy apreciado, pero de suma importancia ya que la zona costera es una de las más presionadas por los proyectos inmobiliarios.
A su vez, los humedales costeros son la pausa irreemplazable para algunas especies de aves migratorias que utilizan estos ecosistemas para alimentarse, descansar y recargar energías para continuar su migración. Muchas de ellas viajan desde el hemisferio norte hasta Tierra del Fuego, por lo que la pérdida de estos humedales está relacionada a la baja en la población de miles de estas aves.
Desde 2020, Chile cuenta con una ley para conservar y resguardar estos ecosistemas, la ley 21.202 de humedales urbanos, marcando un hito en nuestra legislación, ya que por primera vez se incluye y reconoce un humedal en la legislación chilena. En su artículo 1, esta ley toma la definición de la Convención Ramsar para humedales y agrega: “que se encuentren total o parcialmente dentro del límite urbano”. Esto otorga a muchos de estos ecosistemas costeros, como el estero Reñaca, la condición de humedal urbano, permitiendo su reconocimiento dentro de los instrumentos de planificación territorial como el plan regulador comunal, debiendo velar por su mantenimiento y conservación.
¿Siendo tan importantes los humedales, por qué los municipios que cuentan con estos valiosos ecosistemas en sus territorios no solicitan su reconocimiento? ¿Por qué en el caso del estero Reñaca el municipio de Viña del Mar no hace divulgación de su importancia?
En el último Inventario Nacional de Humedales del Ministerio de Medio Ambiente, publicado en 2020, aparecen reconocidos como humedales el estero Reñaca y el estero Marga Marga, lo que como ciudadanos preocupados por el estado de nuestras vidas nos parece favorable, pero a la vez nos preocupa que aun existiendo esta información, las autoridades comunales no se muestren proactivas a solicitar su declaración y conservación.
Es más, en Viña del Mar podemos ver cómo se deterioró el estero Marga Marga. Si bien este importante ecosistema urbano lleva años invisibilizado por la mayoría, siendo utilizado como estacionamiento, feria y otros usos no compatibles, sumamos un nuevo daño: la construcción de una loza de concreto sobre su lecho, confinándolo, no permitiendo la infiltración, perdiendo y deteriorando la calidad ambiental del sector, su biodiversidad y servicios ecosistémicos, entre otros. Además, intervenciones de este tipo no están en sintonía con el objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que busca “lograr que las ciudades y asentamientos humanos sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Finalmente, el 30 de noviembre del 2021 el municipio de Viña del Mar hizo entrega formal de la solicitud de declaratoria de humedal urbano para el estero Reñaca, luego de un trabajo que llevó meses para la elaboración de un informe técnico científico con una propuesta de delimitación del área, el cual fue desarrollado por el equipo de profesionales de esta nueva administración municipal, y que además contó con la participación de organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos.
La Contraloría General de la República emitió un pronunciamiento en el que se establece que “aquellos proyectos que afecten humedales en los términos establecidos en el artículo 10, letra s) de la ley 19.300, deben someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), aun cuando no haya sido declarado humedal urbano”. El mismo ente publicó que “es objeto de protección cualquier humedal, sus componentes y las interacciones entre estos, así como los flujos ecosistémicos de aquellos que se hallen total o parcialmente dentro del límite urbano, independiente de la declaratoria de humedal urbano”.
Es de esperar entonces que las obras de la DOH que se sitúan en el lecho del estero Reñaca sean paralizadas, aun cuando a la fecha estas se mantienen alterando las características ambientales del humedal y deteriorando la calidad de vida de todos quienes somos parte de este ecosistema.
El último reporte mundial sobre los humedales, elaborado por la Convención RAMSAR, establece: “Todos interactuamos y dependemos de los humedales para nuestros medios de vida, sustento y bienestar”. No se trata de estar en contra del desarrollo o crecimiento económico, se trata de crecer y desarrollarnos de una forma sostenible, que permita reconectarnos con el territorio que habitamos, reconociéndolo como parte de nuestro patrimonio natural y cultural, allí donde nos desarrollamos e interactuamos entre personas y con otros componentes del territorio. Necesitamos conocer mejor nuestro territorio local, valorarlo y conservarlo nos llevará a conseguir una mejor calidad de vida y desarrollo.
*Crédito de las fotografías: Rodrigo Ortega H. Mira aquí su sitio web.
Biografía
Licenciado en Geografía de la Universidad de Chile, Esteban Araya Silva integra diversas organizaciones, entre ellas el Observatorio de la Costa Chile, la ONG Ciudadanos y Clima (Isla Grande de Tierra del Fuego), y la Fundación para la Integración del Patrimonio Natural y Cultural (FIPaNCu). Es además miembro del Área de Investigación y Educación del Humedal de Mantagua, de la Red Nacional de Humedales, y de la RED KIMLU (organización de jóvenes líderes en STEM). Ha sido embajador del Día de las Áreas Protegidas de América Latina y el Caribe en los años 2020 y 2021, y el 2020 fue también nombrado Joven Líder de la región de Valparaíso. Recientemente, el año 2022 resultó escogido como uno de los 100 jóvenes líderes de Chile.