La importancia de una aproximación integrativa para abordar las transformaciones socioambientales que enfrenta Chile

Flavio Sciaraffia

GeoAdpative

En 2019, el Ministerio del Medio Ambiente encargó a una oficina de profesionales de planificación, liderada por quien escribe, un estudio nacional para clasificar y priorizar los humedales con el propósito de guiar acciones de conservación de dicha cartera. A inicios de 2020, la oficina fue incorporada como parte de un grupo multidisciplinario para definir los criterios mínimos de sustentabilidad para el reglamento de la Ley de Humedales Urbanos. Ya en la segunda mitad de ese año, el mismo grupo de planificadores participa como equipo en el proyecto de “desarrollo de una guía para la implementación de la Ley de Humedales Urbanos” y lidera un “proyecto piloto para asesorar a municipalidades en la implementación en terreno de Ley” (ambos proyectos en curso).

Inventario nacional de humedales 2020, Chile. Mapa elaborado por el autor en base al Inventario Nacional de Humedales (2020) del Ministerio del Medio Ambiente, Chile.
Inventario nacional de humedales 2020, Chile. Mapa elaborado por el autor en base al Inventario Nacional de Humedales (2020) del Ministerio del Medio Ambiente, Chile.

Tradicionalmente, el sector público convoca a disciplinas especialistas, como las ciencias y las ingenierías, para liderar estos estudios y sus políticas relacionadas. Sin embargo, en este caso, es una práctica profesional ligada a las disciplinas generalistas la que lideró gran parte de los proyectos mencionados. Las disciplinas generalistas como la geografía y la planificación territorial (en Chile esta última encuentra sus orígenes en la arquitectura, planificación urbana, diseño urbano y arquitectura del paisaje), se caracterizan por integrar conocimiento de forma multidisciplinar y transdisciplinar; el abordaje y comprensión sistémica y multidimensional de problemáticas; y la generación de estrategias y escenarios flexibles, en vez de soluciones rígidas, que se adapten a la realidad cambiante de los procesos territoriales. Lo anterior, sucede en un contexto en donde la valoración de las disciplinas generalistas por parte de los organismos técnicos del estado es marginal. Esta es una señal de un cambio de paradigma que es urgente, puesto que para abordar los complejos desafíos y transformaciones socioambientales que enfrenta el país, se requiere otro conjunto de habilidades.

Uno de los argumentos que más pesa en la necesidad de integrar disciplinas generalistas para abordar estos desafíos es la brecha que existe entre la esfera del conocimiento, representado por las ciencias y la investigación, y la esfera de la política pública. Al observar el ejercicio de tomadores de decisión, se podría argumentar a modo de hipótesis que la integración de conocimiento no parece ser un requisito necesario para la configuración de buenas políticas públicas (y es así que no sorprende que, en el contexto de la crisis económica producto de la pandemia, el gobierno decidió suspender la convocatoria de Becas Chile para estudios de postgrado en el extranjero debido “a la dificultad presupuestaria”).

Dejando la intuición de lado, en 2008 los investigadores Jean Nassauer y Paul Opdam proveyeron una explicación adecuada a este fenómeno. Al analizar problemas ligados a planificación territorial en diversos ámbitos, los autores llegaron a la conclusión de que la producción científica no estaba informando las políticas públicas. Frente a esta evaluación, indicaron que faltaba una articulación adecuada entre ambos polos y que eran las disciplinas generalistas las que podían generar esa conexión. Dadas las cualidades de las disciplinas generalistas, estas tendrían la capacidad de articular los aspectos fácticos ligados al entendimiento y posible solución de un problema (las ciencias) con los ámbitos operativos, institucionales y de gobernanza que habiliten trayectorias de cambio positivo, real y medible (política pública). Considerando que la producción científica mundial se duplica cada 9 años, es claro que el problema no está ligado a la falta de conocimiento. De hecho, Chile sigue una tendencia similar, creciendo 2,7 veces el número de documentos publicados entre 2003 y 2012 según CONICYT (hoy ANID, Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo).

Las disciplinas generalistas e integrativas ligadas a la gestión del territorio y sus procesos pueden y deben jugar un rol fundamental en abordar los desafíos que enfrenta el país. La sequía y sus efectos en los sistemas naturales y productivos, el rol de la conservación y manejo de humedales para la seguridad hídrica y mejoramiento de la calidad de vida en ciudades y la ordenación del borde costero para construir resiliencia en torno a la interacción sustentable entre desarrollo y conservación, son sólo algunos problemas de alta complejidad que ya no pueden ser “solucionados” desde un único prisma disciplinar.

Un avance sustancial en la dirección correcta es sin duda el cambio de paradigma en la esfera pública, observado a la luz de los estudios mencionados al inicio que buscan informar la política pública respecto de la conservación, manejo y gestión de los humedales del país. Estos estudios requirieron una aproximación particular, la que puede resumirse en cuatro principios clave que son características inherentes de las disciplinas generalistas, específicamente, de la planificación del territorio y del paisaje. Primero, el principio multiescalar, el cual permite compatibilizar los desajustes que se producen entre las escalas de gobernanza y las diversas escalas de procesos y patrones territoriales. Segundo, la consideración de que dichos procesos y patrones territoriales se despliegan a través de límites jurisdiccionales y geográficos, lo que permite capturar la complejidad de los fenómenos. Tercero, una aproximación integrativa, la que permite alinear los intereses de los actores involucrados y negociar los compromisos (trade-offs) necesarios para generar sinergias en el territorio. Cuarto, el desarrollo de estrategias adaptativas que sean flexibles a los procesos de cambio e incorporen nuevo conocimiento para reducir la incertidumbre y aumentar la resiliencia de los sistemas territoriales. Finalmente, el último principio consiste en entender las problemáticas en su dimensión espacial (o geográfica). Una aproximación espacialmente explícita ayuda a que los actores involucrados conversen en torno a escenarios de cambio específicos, facilitando la creación de consenso en la formulación de políticas y acciones.

El abordaje efectivo de los desafíos socioambientales que enfrenta Chile se beneficiaría entonces de una mayor interacción entre las ciencias y disciplinas como la planificación, geografía, planificación del paisaje y planificación urbano-territorial. Esto no es sólo un tema discursivo, puesto que es posible observar un crecimiento de proyectos y programas educativos e investigación que utilizan la integración de disciplinas como motor de cambio efectivo. Por ejemplo, a la vanguardia en este respecto se encuentra el programa Coastal Solutions alojado en el Cornell Lab of Ornithology de la Universidad de Cornell, del cual formo parte como fellow. El programa busca generar colaboraciones entre científicos y planificadores para promover la resiliencia de la zona costera frente a amenazas en ecosistemas clave como los humedales y los cambios de uso de suelo no sustentables, entre otras. Según he podido verificar, al centro de la motivación que inspira este programa, está la constatación de que buena ciencia no es sinónimo de, en este caso, una conservación efectiva. Más aún, ésta requiere articular una serie de dimensiones, sistemas y actores que escapan del ámbito científico: se hace necesario ensayar estrategias enraizadas en el conocimiento científico e investigación y utilizar, en este proceso, la planificación como medio de articulación operativa, institucional y cultural.

Biografía

Flavio Sciaraffia es director de GeoAdaptive Chile y se especializa en la planificación integrativa de sistemas territoriales, informando la política pública en diversos ámbitos temáticos como planificación espacial, recursos naturales, adaptación climática y conservación. Es cofundador del think-tank International Landscape Collaborative y en 2018 recibió un Fondart Nacional para la publicación del primer libro del grupo. Desde 2020, Flavio es Coastal Solutions Fellow en donde realiza investigación aplicada en torno a humedales urbanos. Flavio es Arquitecto y Magister en Proyecto Urbano de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master en Landscape Architecture de Harvard University Graduate School of Design.

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