Por Liliana Plaza Cancino
ONG Ojos de Mar
La creación de murales no es algo nuevo. De hecho, su término proviene del siglo XX y considera el arte rupestre del paleolítico como las primeras muestras de esta técnica. Sin ahondar más en la historia de los murales, su presencia en la actualidad es cotidiana en muchas calles, ciudades y centros públicos, con una inmensidad de corrientes artísticas, donde cada mural tiene algún mensaje, a veces explícito, y en otras reservado para los propios artistas.
¿Cómo hacer que las personas conozcan acerca de los humedales, que muchas veces parecen invisibles en medio del cemento de las ciudades? Eso se cuestionaba la ONG Ojos de Mar antes de generar conciencia en torno a la biodiversidad local a través del arte urbano en el espacio publico. Las primeras intervenciones y el acercamiento al arte y los humedales provino de la necesidad de generar señaléticas llamativas de acceso y letreros en el sector.
El primer mural, realizado el 2020 por voluntarios de Ojos de Mar en Llolleo, fue el mapa del humedal plasmado en panderetas aledañas a uno de los principales accesos. “Ese día aprendimos que los murales no se pintan con pintura sintética”, comentan entre risas. Fue una experiencia grupal única y el espíritu de equipo aumentó por la idea de seguir generando instancias de comunicación y encuentro, además de ser una contribución a la sociedad a través de una intervención a escala, que permitía a los transeúntes descubrir su territorio y las especies que lo habitan, incorporando la distancia hacia el humedal y promoviendo las visitas al sector.
Los murales por Llolleo continuaron. La comunidad comenzó a ofrecer panderetas cercanas al humedal, llegaron algunas donaciones en pinturas y otras que se costeaban como equipo, y así siguieron 3 murales más por Llolleo, mezclando patrimonio cultural y biodiversidad. Muchas personas hasta el día de hoy ofrecen muros y nos escriben para participar de las actividades.
Ojos Costeros, el proyecto de la organización CORDELL para la iniciativa Humedales Costeros, busca promover el empoderamiento local a través de la conservación de humedales en la provincia de San Antonio. Dentro de sus actividades también cuenta con la realización de 10 murales en diversas poblaciones de San Antonio a cargo de la artista local @cvoticv.art, y en cada mural se pinta una especie distinta de las 113 avistadas en el humedal Ojos de Mar. Se han realizado cuatro intervenciones, donde los vecinos han valorado la instancia de creación y mejora del entorno a través de la valorización de la biodiversidad local. Para sentir como propios los murales se generó un cuestionario para el reconocimiento de especies icónicas de los humedales, además de incorporar en cada mural nombre local de la especie y nombre científico.
Otra de las experiencias en torno a los humedales es “Trazos de Identidad”, proyecto que se llevó a cabo también en Llolleo durante noviembre gracias al apoyo de la gestora cultural Ana Laura Galarza, quien motivó y acompañó al joven grupo de artistas locales autoconvocados en el proceso de postulación a los fondos de cultura regional Fondart. Esto permitió la creación de instancias educativas sobre el patrimonio local a través murales comunitarios que resultaron aprobados. Los resultados fueron sorprendentes: más de 100 participantes durante las dos semanas de pintura de dos murales a gran escala, con 30 participantes en el diseño del mural en la población San Pedro, cercana al humedal estero El Sauce, que aún no cuenta con su protección ambiental. Las personas se reunieron semanas antes a limpiar el sector, crear caminos al mural, y pudieron plasmar sus preferencias, que fueron recreadas por los artistas de renombre internacional @paulatikay y @aner.84.
Con un alcance por sobre las 30 mil personas, este proyecto marcó un hito en la ciudad de San Antonio, además de generar un mini taller de murales en la Escuela Básica Pedro Viveros, en el sector de Tejas Verdes, para acercar a los más pequeños al arte y la biodiversidad de su territorio. Este proyecto logró unir a diversas generaciones en el desarrollo de murales, desde los 5 años hasta participantes sobre los 80 años.
Los murales han sido instancias de promoción de la biodiversidad de los humedales costeros locales de gran aceptación y participación ciudadana, además de ser acciones de fácil réplica en diversos lugares y causas. Esto permite restablecer los tejidos sociales, y reencontrarse en acciones por el territorio y su fauna: no solo se pinta y genera conciencia, son instancias para compartir, organizar y disfrutar.
Biografía
Liliana Plaza Cancino es docente del diplomado de gestión integrada de humedales y ordenamiento territorial Uch. CEO de Ojos de Mar, actualmente desarrolla y dirige proyectos relacionados a didácticas socioambientales en la provincia de San Antonio, además de crear y colaborar con material para docentes y educadores sobre humedales costeros.