Geovanny Castro
Geo Mehuin
La megacrisis de este 2020, sin duda ha golpeado fuertemente de manera global a toda la humanidad, no tan solo en el ámbito sanitario, si no también de manera económica y social. Creo que la visión del hombre moderno se ha desconectado de la verdadera esencia de lo que se trata la vida, que es vivir en armonía con el entorno, tomar lo que se necesita al igual que los animales, lo único que nos separa de ellos en teoría es el razonamiento no? Pues ningún animal orina o defeca el agua que podría tomar, ningún animal destruye su casa o espacio donde habita, el humano ha perdido la conciencia y tal vez esta megacrisis ha llegado para removerla.
Siento que la pregunta que debemos hacernos hoy en día es, seguiremos tomando la misma senda, en el sentido de buscar crecer considerando única y exclusivamente los impactos económicos de nuestras acciones o de una vez por todas nos hacemos cargo (las nuevas generaciones) de tomar las riendas de los problemas que aquejan el mundo actual, pasando de ser meros expectadores a protagonistas de un mejor legado para las nuevas generaciones, considerando también los impactos sociales y ambientales de la actividad humana.
Como decía el sabio siquiatra Claudio Naranjo, la solución a los problemas del mundo pasarán por la conciencia y no por la política, puesto que el sistema imperante no nos invita a elegir a las mejores autoridades, si no que terminamos eligiendo al personaje menos malo.
Dado este escenario, confío en que cada individuo de este planeta debería cumplir un rol, mas allá del rol biológico que es el de preservar la especie, si no que también debemos considerar el factor espiritual, que busca la autosuperación y evolución interior del ser humano, siempre en armonía y el respeto por el entorno que nos rodea, pues somos una parte de ella. ¿En qué minuto perdimos el rumbo y nos olvidamos que lo más valioso son los valores y la virtud? ¿En qué minuto dejamos de valorar la sabiduría y comenzamos a valorar el conocimiento? ¿Será que comenzamos a mirar mas hacia fuera, en vez de mirar hacia dentro? Estos cuestionamientos se me vienen a la cabeza cada vez que aparecen nuevos proyectos de la llamada “civilización” que en el nombre del progreso destruyen, sacrifican y privatizan los recursos naturales, pasando por alto el principio de sustentabilidad que involucra primeramente el cuidado y protección de la naturaleza, aporta socialmente (mas allá de la generación de empleos) a las comunidades locales y por último vela por los propios intereses económicos.
Siento no se puede tolerar más de lo mismo. El llamado es pasar de la inacción a la acción y ser parte de la solución. Abundamos en la crítica destructiva y no proactiva, debemos considerar que el cambio no viene por fuera, si no que viene dentro de cada un@. Debemos dejar de ser cómplices de quienes destruyen la vida misma, debemos revitalizar las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios y valorar lo que tenemos dentro. Debemos invertir nuestras energías en educar-nos para generar el cambio que queremos.
Invito a cada un@ de los lectores, preguntar a si mism@s; además de lo material, ¿qué tipo de herencia le quiero dejar a la nueva generación? ¿Qué tipo de valores estamos inculcando con nuestras acciones? No es por nosotros, es por los que vienen. Si ves tu playa sucia, límpiala. Sé el cambio que esperas ver en el mundo. Momento de unificarnos y conocernos, gracias Plataforma Costera por unificar a los actores ligados a los territorios costeros. Manos a la obra.