Por Franco Villalobos
Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC)
Diversas especies de aves playeras neárticas como playeros blancos, chorlos árticos y zarapitos comunes, ya arribaron a playas y humedales nacionales, mientras que aves playeras australes como el chorlo chileno ya despegaron hacia el extremo austral de Sudamérica, justo cuando hoy, 9 de octubre, se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias.
Tras sus maratónicos viajes, que cubren miles de kilómetros, estos increíbles animales aterrizan en playas, humedales y dunas en donde, desafortunadamente, la bienvenida que les damos no es de las mejores, ya que diversas amenazas siguen afectando fuertemente a estos importantes ecosistemas costeros.
Algunas de ellas son la presencia de perros -con o sin dueño- que deambulan libres por estos ambientes depredando huevos y hostigando a los ejemplares adultos; las actividades recreativas no planificadas ni reguladas, como cabalgatas que perturban constantemente el descanso de las aves playeras ocasionando vuelos reiterados de este grupo y otras aves acuáticas; y desde luego el nefasto y destructivo paso de motos, jeeps, camionetas y otro tipo de vehículos que no solo compactan el suelo, destruyen la vegetación y fragmentan hábitats, sino que también destrozan los delicados huevos y atropellan a los vulnerables polluelos de distintas aves playeras.
Por fortuna, hay cada vez más personas interesadas en la conservación de estos ecosistemas y la rica biodiversidad que albergan, y por ello es relativamente habitual encontrarse con videos o fotos en redes sociales denunciando el inescrupuloso andar de vehículos por las playas del país. Esto es muy positivo, ya que lentamente se construye una cultura al respecto y de a poco se cimienta una sanción social que esperamos que en el futuro ayude a reducir los estragos que esta mala práctica provoca en playas, humedales y dunas.
Lamentablemente, esto no es suficiente. Para avanzar en la protección de estos lugares no podemos quedar a la espera de que las personas se involucren o se hagan responsables, sino que debemos generar instancias de sensibilización y capacitación con el ente fiscalizador estatal y continuar alentando a la sociedad civil a participar como activos denunciantes.
Es por eso que desde la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile estamos llevando adelante la campaña “Playas Sin Autos” con el apoyo del programa Humedales Costeros y la Fundación Manfred-Hermsen-Stiftung. Mediante esta iniciativa buscamos posicionar el tránsito de vehículos como una actividad prohibida y, al mismo tiempo, mostrar a la ciudadanía las vías por las cuales se pueden ingresar denuncias ante el incumplimiento de la Orden Ministerial N°2 con el objetivo de que alertar a las autoridades y exigir su fiscalización en esta materia se convierta en una práctica habitual entre quienes frecuentan estos ambientes.
En adición, debemos lograr que la Armada de Chile, a través de sus Capitanías de Puerto, esté más presente en estos entornos, fiscalizando no solo de manera reactiva, sino que también preventiva. Y, al mismo tiempo, junto a esta institución, organizaciones especialistas y la propia sociedad civil debemos trabajar en formas, vías o métodos para facilitar la “fiscalización ciudadana” y que esta efectivamente desemboque en algún tipo de “castigo” para los infractores. En la misma línea, se requiere robustecer las multas y hacer más severas las consecuencias hacia quienes no respetan la ley, como, por ejemplo, con la suspensión de la licencia de conducir.
Quienes estamos involucrados en la conservación de ecosistemas costeros entendemos perfectamente las limitaciones que tiene la institución en términos de dotación de personal o equipo, con el que muchas veces debe cubrir enormes extensiones de playa en distintas labores. Sin embargo, también se trata de un tema de voluntad y respeto por las responsabilidades que la ley le ha otorgado.
Biografía
Franco Villalobos es administrador en ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, y actualmente coordinador de la Campaña “Playa Sin Autos” inmersa en el Programa de Aves Acuáticas y Humedales de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre (ROC). Su afición por la observación de aves lo ha llevado a dedicar su trabajo a la conservación de estos animales y la comunicación de sus amenazas, enfocándose principalmente en el grupo de las aves playeras y acuáticas.