Guafo Science, nace como organización en el año 2020 durante la pandemia, pero como primera idea y acción, comienza en el año 2007, cuando Mauricio Seguel y Héctor Pavez realizan las primeras incursiones a la isla, en donde Mauricio realiza su tesis junto al enorme interés y curiosidad de Roberto Schlatter por conocer sobre el sitio de nidificación más grande de la fardela negra en Chile.
A partir del 2007, se comienzan a llevar a estudiantes de pregrado a la isla para realizar investigaciones y es en el año 2013 cuando ingresa Diego Pérez, 2014 con Josefina Gutiérrez y 2015 con Felipe Montalva, conformándose el equipo base de lo que hoy es Guafo Science.
Lineamientos estratégicos de acción para la investigación en zonas remotas
Este grupo de investigadores e investigadoras busca generar conocimiento sobre los componentes de la salud poblacional e individual del lobo fino austral, sumando a todo esto un fuerte componente de difusión para promover la apropiación del conocimiento en las comunidades no solo aledañas, sino que también a nivel nacional para fortalecer la valoración de la biodiversidad como estrategia de conservación.
De esta forma, estudiar sobre la ecología de la especie, su salud individual, dieta, contaminantes, efectos de ellos en la inmunología y su comportamiento, es clave para comprender cómo influye el cambio climático en esta remota población de lobos marinos, pero no exentas de sus consecuencias.
¿Cómo podría influir el cambio climático en esta especie?
Al igual que en muchas otras especies, el cambio climático puede afectar en diversas dimensiones y escalas ecológicas, las más conocidas al momento influyen sobre la distribución y disponibilidad de las presas.
En este sentido, nos explica Diego, el alza en la temperatura y otras condiciones en la columna de agua, provoca un desplazamiento de las presas y variaciones en su abundancia, por lo que los individuos de lobo marino deben viajar más lejos y gastar más energía en su búsqueda.
Esto desencadena una serie de consecuencias como, por ejemplo, en las temporadas reproductivas, relacionándose directamente con la sobrevivencia e inmunocompetencia en los cachorros de lobo fino austral.
“De esta forma, evaluar la población de forma integral, permite saber qué tan expuesta a las variabilidades ambientales están las especies presentes en isla Guafo, así buscamos identificar al lobo fino como un centinela de los ecosistemas marinos del sur de Chile”, como bien indica el Dr. Pérez.
Hoy, el equipo de expertas y expertos, han enfrentado, al menos visualmente, una disminución en la población del lobo fino en comparación a años anteriores y se encuentran unificando esfuerzos para evaluar el por qué.
Como grupo joven de investigación ¿a qué desafíos se han enfrentado, considerando además, que sus estudios son en zonas aisladas -en todo sentido?
“Es una percepción de vivir un reality; todo lo que pasa en la TV se vive en terreno: vínculos, conflictos y confusiones. Por eso mantenerse como familia y en unión es vital y así tratar de mantener los buenos ánimos, porque estar en aislamiento y sin conexión es un desafío en lo emocional y lo profesional, sobre todo cuando la comida y el agua empiezan a disminuir, por ejemplo”, relata Diego.
“Ocurre que uno va envejeciendo y los voluntarios siguen siendo estudiantes, por lo que lidiar con la juventud también es un desafío para nosotros: tenemos objetivos encima, fechas de informes y topes económicos; ya no es tan solo vivir una aventura”, agrega.
Asimismo, no solo existe vínculo quienes vienen en voluntariado, sino que también con los pescadores y los marinos.
Aquí es donde comprendemos que “las relaciones humanas son mucho más importantes para la ciencia que lo que te dicen en la universidad. Te dicen que ellos (comunidad local) son la gente que vive ahí no más, que ‘ustedes son los que saben, ustedes son los científicos’… ¡pero no! Nosotros vamos a aprender con las personas, con los pescadores, los marinos.
Son ellos los que observan cómo todo cambia y funciona en el tiempo. Nos ayudamos entre todos”.
Como investigadores, siempre vamos por más, siempre buscamos formas y medios para lograr nuestros objetivos, pero muchas veces los contras son mayores que los pros, ustedes ¿a qué se han visto expuestos como grupo de investigación?
La lejanía siempre es un desafío. Por ejemplo, si se rompe o se hecha a perder algún equipo de trabajo, hasta ahí no más llegamos, perdimos la temporada, porque no tenemos cómo ir y volver al continente a arreglarlo; no tenemos lancha, así que dependemos de la voluntad y tiempos de faena de los pescadores para que nos puedas transportar, pero ellos, al igual que nosotros, pasan meses en la isla.
Por otro lado, el dinero siempre es escaso porque investigar es muy caro, sobre todo en zonas aisladas. Así que cuando te ganas un proyecto no sabes cuánta será la inflación, por lo que cuando ya estás ejecutando, siempre falta plata porque todo ya subió de precio.
Por otro lado, Guafo Sciencie hoy cuenta con su estación de investigación Roberto Schlatter, la cual cuenta con instalaciones para procesar algunas muestras y brinda la protección ante las condiciones ambientales, que en muchas ocasiones, pueden ser extremas.
Este es un gran logro para el grupo de investigadores, pues en tiempos pretéritos, no contar con un lugar físico implicaba enfrentarse al frío y largas caminatas en búsqueda de agua y refugio.
¿Cuál es la meta en estos momentos de Guafo Science?
Hacemos un llamado a los dueños de la isla para que colaboremos en su protección y que logremos que Guafo sea un área protegida que podamos cuidar entre todos, que se proyecto el ecoturismo y la diversificación laboral para su sostenibilidad y la economía circular de las comunidades aledañas.
Para conocer más sobre el proyecto de Guafo Science