A principios de enero de 2023 se viralizó en redes sociales un video en el que aparecía una camioneta roja atascada en una playa de Ritoque, en la región de Valparaíso, mientras sus ocupantes intentaban infructuosamente salvar el vehículo del incesante oleaje que amenazaba con llevárselo.
Casos como éste se repiten por todo Chile, y no solamente en la temporada estival. Esto a pesar de que la Orden Ministerial N°2 del Ministerio de Defensa prohíbe el ingreso y tránsito de vehículos motorizados en playas y dunas costeras de todo el país, lo que no solamente pone en riesgo a las demás personas, sino que también causa un daño severo en términos de pérdida y fragmentación de hábitat, erosión y compactación del suelo, pérdida de provisión de servicios ecosistémicos, y destrucción de vegetación y de sitios de nidificación de avifauna, poniendo en serio riesgo a especies playeras emblemáticas como el pilpilén común y el chorlo nevado, que día a día sufren con el aplastamiento de huevos y polluelos.
“El tránsito de vehículos motorizados por playas y dunas costeras está siendo bastante dramático a nivel nacional, no solamente en algunas playas, sino que en toda la zona costera chilena, desde Arica a Punta Arenas”, sostiene Patricio Ortiz, director de Fundación Bandada, una organización con sede en Concepción que está liderando un proyecto de reducción de amenazas en la playa Isla de los Reyes Rocuant, ubicada en la comuna de Talcahuano.
Ortiz, junto a otros dos expertos de Manomet Inc. y la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile, recientemente estuvieron presentes en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y Diputadas para exponer sobre esta creciente problemática, poniendo énfasis en la necesidad urgente de legislar sobre esta materia dado que el marco regulatorio existente se ha quedado obsoleto, al punto que las Capitanías de Puerto ya no dan abasto para fiscalizar y cursar las multas que establece la normativa vigente.
“Tuvimos una buena acogida. Yo creo que nadie se opone a esto porque a todas luces es una mala práctica”, comenta Ortiz, agregando que “estamos esperanzados en que se avance en un proyecto de ley”. Ahora el trabajo que sigue es entregar una minuta con los criterios mínimos que debería contener este proyecto de ley e iniciar reuniones con asesores de la Comisión.
¿Cuáles son esos criterios mínimos que están considerando?
Ampliar, fortalecer y otorgar nuevas herramientas de control y fiscalización para que también pueda fiscalizar Carabineros, la misma comunidad, los municipios, y dotar también de recursos y capacidades a estos entes. Además, es necesario endurecer significativamente las sanciones para el cumplimiento de esta ley, y establecer mecanismos de denuncia ciudadana. Hay mucha gente que está en las playas haciendo otras actividades, preocupadas también de lo que pasa en estos ecosistemas, entonces tenemos ahí un recurso humano que creo que debería ser aprovechado como fiscalizadores. La fiscalización no debe recaer únicamente en las Capitanías de Puerto. Nos contaron que ya había un proyecto de ley, pero no contiene lo que necesitamos en cuanto a multas y fiscalización. También es necesario un ordenamiento y zonificación de estos sitios. Las playas hoy en día son tierra de nadie; está bien que las personas vayan a las playas, pero también se necesita proteger la biodiversidad, entonces hay que hacer un ordenamiento de estos sitios. Creemos que es posible un equilibrio entre la recreación de las personas en las playas y dunas con la conservación de la biodiversidad, y para eso tenemos que zonificar y ordenar, y ponernos de acuerdo qué sectores pueden ser intervenidos por las personas para la recreación, y cuáles sectores hay que mantenerlos aislados para que la biodiversidad pueda salir adelante.
¿Qué experiencia positiva han sacado del proyecto que ustedes están llevando a cabo como Fundación Bandada en la playa Isla de los Reyes Rocuant, con acciones que han incluido la instalación de cercos temporales?
En la Comisión me tocó exponer sobre estas acciones que estamos realizando, y hasta el momento hemos estado instalando letreros no solamente en esta playa, sino que también en otras en las que están trabajando la ROC y Manomet, con letreros indicativos respecto de la importancia de las playas para la biodiversidad y específicamente para estas especies playeras que nidifican en las playas, de modo de informar a la gente que está en un lugar especial que contiene una rica biodiversidad, por lo que hay que tener otro cuidado al estar ahí. Y los cercos perimetrales que hemos estado instalando, por lo menos en la playa Isla de los Reyes Rocuant, han buscado, más que cercar los nidos o ponerles una barrera a los nidos para que no los pisen, informarles a las personas que se pueden recrear sin ningún problema en determinada área, pero que del cerco hacia el interior que por favor no ingresen porque hay una zona sensible de nidificación del pilpilén. Se trata de ordenar el lugar y zonificar el sitio, y así equilibrar ambas cosas, la conservación de la biodiversidad y, por otro lado, la recreación de las personas.
¿Y cuál ha sido la respuesta de la ciudadanía frente a estas experiencias?
En otras playas al norte se ha estado respetando, no sé con qué grado de éxito, pero por lo menos ha servido. Y en la playa Isla de los Reyes Rocuant instalamos los cercos perimetrales hace dos semanas atrás, entonces todavía no podemos decir si está siendo exitoso o no. Pero después de una semana fuimos a monitorear si es que estaban las estacas y las cuerdas, y por lo menos estaban, al igual que los letreros, y eso al menos es algo. También pudimos constatar que había varios bañistas que estaban dentro de la zona perimetral que habíamos establecido. Había ahí un grupo de ocho nueve familias que estaban dentro del perímetro. Pero el cerco perimetral tiene que ir acompañado de letreros y también de voluntarios que puedan informarle a la gente por qué está ese cerco perimetral ahí, cuál es su objetivo, campañas mediáticas, la importancia de la playa, educar in situ al visitante también, que necesita urgentemente también de educación y de información respecto de lo que se está haciendo.
¿Qué tan sensible es la situación a nivel nacional para una especie playera icónica como el pilpilén común?
A nivel nacional los datos no son muy buenos en realidad, el éxito reproductivo está siendo 0 en algunas playas, o 10% de éxito reproductivo, que es muy bajo. Es una especie longeva, entonces no estamos viendo todavía los efectos de este bajo éxito reproductivo, recién los vamos a ver en años posteriores, cuando estos reproductores mueran y no tendremos un recambio. Y ahí vamos a ver la real magnitud del desastre que conlleva todas estas intervenciones negativas que están afectando dramáticamente a estas especies.
Por lo menos en la playa Isla de los Reyes Rocuant tenemos un éxito reproductivo entre comillas bueno, pero también tenemos amenazas: los vehículos motorizados, los perros con dueños y sin dueño, gente transitando por todos los lugares de la playa, que también genera pisoteos de nidos y huevos. Pero como es una playa bastante extensa hay hartas parejas y el éxito reproductivo no está siendo tan malo como en otras playas, pero no puedo decir una cifra porque estamos analizando esos datos, aunque por lo menos en esta playa hay 120 parejas reproductivas. Durante el mes de diciembre tuvimos unos 250-280 huevos en toda la playa, pero también está siendo baja la eclosión o la observación de pollos. En el último monitoreo, tuvimos unos 20 polluelos Entonces, igual es bastante bajo. De todas formas, en esta playa no solamente está afectando el tránsito de vehículos motorizados y el tema de los perros, ya que está afectando también un tema que yo creo que cada año se va a agravar, y que tiene que ver con el cambio climático, como son las marejadas. La última semana hicimos un monitoreo y había unos 15 nidos, que era como la tercera postura de las parejas que habían ya perdido sus nidos anteriores, y la marejada se habrá llevado unos 13 nidos, entonces se llevó un porcentaje altísimo. Eso también está haciendo una amenaza bastante severa y es más difícil de controlar.
Claro, pero si tienes ese escenario climático global, y le sumas las otras amenazas de carácter antrópico y local, es realmente un cóctel fatídico…
Es bien fatídico, y una de las características que tiene esta playa es que no es muy ancha. Está la playa y ya después viene la vegetación, inmediatamente a unos 10-15 metros, entonces no tienen mucho espacio donde nidificar. Ellos (los pilpilenes), como son estrictamente costeros, necesitan arena para colocar sus huevos, y más atrás no tienen ese hábitat, entonces tienen un rango muy pequeño donde establecer sus nidos.
Mientras se sigue con esta discusión prelegislativa, ¿cómo se puede avanzar en estas materias, porque de aquí a tener un cuerpo legal más o menos sólido o la ley publicada, pueden pasar muchos años?
Es seguir con lo que hemos estado realizando, que apunta a una buena zonificación y ordenamiento de estos sitios, donde podamos equilibrar ambas cosas. Y para mí es súper clave el tema de educar a las organizaciones locales o a la comunidad local respecto a esto. Y realizar campañas mediáticas también a nivel nacional y local sobre la importancia de estos sitios para estas especies. También hay que involucrar a las autoridades, a las Capitanías de Puerto, a los municipios, a varias entidades públicas, pero también a la comunidad. Se puede efectuar un trabajo conjunto para poder hacer diferentes acciones que vayan al resguardo de estas colonias reproductivas o de estas especies. Y no solamente para estas especies playeras, sino que para toda la diversidad que albergan estas playas. Ahora, también el tema de los recursos es importante, porque hoy estamos siendo financiados por ONGs norteamericanas, y necesitamos que el Estado de Chile, o en este caso el Ministerio de Medio Ambiente y otros ministerios, pueda generar proyectos o financiamiento para poder ir en ayuda de estas especies y salvaguardar el patrimonio natural que albergan estos ecosistemas.
Durante la Comisión también se propuso oficiar a la Armada de Chile para que se fiscalice de manera estricta la playa Isla de los Reyes Rocuant debido a su importancia ecológica y la necesidad de resguardar la reproducción del pilpilén común.
Esa fue una intervención del diputado Félix González (Partido Ecologista Verde). Y la única manera de que no ingresen más vehículos motorizados es mayor fiscalización y tener a una patrulla ahí prácticamente sábado y domingo. Y como es una playa urbana, que está rodeada por un lado por Talcahuano, por atrás por Concepción, y por otro lado por Penco, quizá se podrían instalar cámaras de vigilancia en la misma playa, tal como sucede en las calles de muchas ciudades del país. Y que lo que registren esas cámaras vaya a una central municipal o de la misma Capitanía de Puerto, para que podamos ver en tiempo real quién está infringiendo la ley y enviar una patrulla. Eso también podría ser factible, pero la instalación de cámaras de ese tipo debe ser bastante cara, y quizá da como para un proyecto del Gobierno Regional. Son soluciones con fiscalización remota que se podrían realizar para evitar malas prácticas en el sitio. Y elevar las multas es clave. En Uruguay esta práctica se daba hace muchos años atrás, pero promulgaron una ley que prohibió el ingreso de vehículos motorizados en playas y dunas, pero con multas altísimas. Incluso creo que si te encuentran infringiendo esta norma por segunda vez te quitan la licencia, entonces ese nivel de sanciones también necesitamos acá, que sean ejemplificadoras, como para que nunca más te den ganas de meterte en vehículo a la playa. Así que en eso estamos pensando también.