«La memoria es identidad, el conocimiento local es identidad. Sin embargo, la memoria es frágil. El tiempo, la distancia y sucesos históricos específicos y particulares pueden debilitar los vínculos con nuestros recuerdos».
«Afortunadamente, la identidad no esta solo en la memoria de la gente viva; hay rastros de identidad por todos lados, sobre y bajo la tierra. La identidad va mas allá de lo que nuestra memoria puede recordar. Está en los espacios habitados y deshabitados, en sus aromas y colores, en las rocas, animales y plantas que forman parte de estos espacios».
«Los territorios atesoran identidad y el borde costero no es la excepción. Desde hace por lo menos doce mil años, grupos humanos han construido identidad a lo largo de la costa de Chile. Pescando y recolectando, naciendo y muriendo, pero no desapareciendo. Sus huesos y pertenencias han permanecido en el lugar, dejando huellas que fortalecen los recuerdos y construyen memoria, presencia ancestral de comunidades para las cuales el mar era su complemento».