Estado
En ejecución
En Chile, los tiburones han sido invisibilizado por décadas. A nivel general, la población nacional no tiene conocimiento sobre la gran diversidad de tiburones que es posible encontrar en aguas chilenas, y menos conciencia existe en torno a la urgente necesidad de conservación de algunas de las especies que componen a este grupo.
Frente a este escenario, y mientras se encuentra liderando al equipo de científicos que actualizará el Plan de Acción Nacional para la conservación de tiburones (PAN-Tiburones), el académico Carlos Bustamante encabeza también este proyecto en el que mediante investigación aplicada, que incluirá rastreadores satelitales y ADN ambiental, además de trabajo con la comunidad, se intentará levantar información suficiente sobre cuatro especies de tiburones para poder conseguir un manejo pesquero adecuado en territorio nacional. Las especies objetivo son el tollo fino (Mustelus mento), el tollo común (Mustelus whitneyi) y el tollo manchado (Triakis maculata), que sólo habitan en el norte de Chile y el sur de Perú. La iniciativa también contempla al tollo cazón (Galeorhinus galeus), cuya distribución es más amplia y se puede encontrar a nivel mundial.
En Chile, estas cuatro especies no son objeto de pesquerías, a diferencia de lo que ocurre en Perú, que al parecer es el gran responsable de las drásticas disminuciones poblacionales. A nivel nacional, no hay intención de captura; se produce de manera incidental cuando se pescan especies como la merluza. Sin embargo, un fenómeno asociado a la migración que se ha ido desarrollando durante los últimos años es que cada vez más personas en Chile están consumiendo tollo (que todavía se vende a un precio muy conveniente), lo que está generando un cambio importante que podría alterar significativamente la realidad de estas especies en el país.
Lo alarmante es que las cuatro especies están en peligro crítico de extinción. La última evaluación de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), identificó disminuciones drásticas en sus poblaciones a lo largo de toda su distribución. Encontrarse en peligro crítico -el último paso antes de declarar extinta a una especie- implica que si no se toman medidas para que cambie la situación actual, estas cuatro especies podrían extinguirse en los próximos 20 años. Esa es la gran motivación para los investigadores detrás de este proyecto.
Resultados del Proyecto
El objetivo general del proyecto es evaluar los primeros antecedentes a nivel poblaciones de las cuatro especies y compararlos con las poblaciones adyacentes. Se levantará información biológica y pesquera para luego determinar qué se puede analizar comparativamente con lo que se realiza en Perú con objeto de realizar una evaluación del estado de conservación de las cuatro especies a nivel chileno. Es necesario tener estos nuevos antecedentes porque de lo contrario simplemente se asume que la información peruana es correcta, y es extensible y aplicable a lo que sucede en Chile.
Dentro de la metodología, una parte importante es poder determinar la distribución de las cuatro especies, y eso principalmente se hará a través de ADN ambiental, aislando la firma genética de estos animales. Para confirmar su presencia, se tomarán muestras de agua a lo largo de toda la costa del norte de Chile, hasta la región de Coquimbo, en playas más arenosas y extensas, playas que tienen una cierta geomorfología que den indicios sobre la existencia de tollos. Los ejemplares más pequeños comen crustáceos y caracoles, entonces van a ser visitantes o residentes regulares de playas arenosas. Se contempla levantar unas 500 muestras de agua, que serán distribuidas a lo largo de la costa para probar la presencia y extensión. En este momento hay algunos puntos identificados, pero no se sabe con certeza si se trata de poblaciones residentes o si se van moviendo a lo largo de la costa. Este proyecto permitirá ir resolviendo este tipo de preguntas.
Por otra parte, el equipo del proyecto saldrá a terreno a realizar capturas y marcajes de tollos a través de dos tipos de marcas. Una de ellas se realiza con rastreadores satelitales que permiten registrar cada 5 segundos una posición estimada en función de la ubicación geográfica y profundidad donde se encuentra el animal. Esto permitirá analizar aspectos como los patrones de nado y los patrones de mayor actividad durante el día, y así poder establecer patrones de residencia o potenciales patrones migratorios que pudieran estar influenciando el rango natural de distribución del animal.
El otro tipo de marcas estará asociado al trabajo de acompañamiento que se está llevando a cabo con pescadores artesanales y grupos de pesca deportiva. La idea es involucrar a estos grupos a través de una iniciativa de ciencia ciudadana, haciéndoles ver la necesidad de conservación que hay que tener con estas especies. Eso implica capacitaciones para que no capturen tallas pequeñas que no se han logrado reproducir, y hacer un manejo voluntario del recurso pesquero. De esta manera, antes de devolver un ejemplar capturado, se espera que tanto pescadores artesanales como deportivos lo devuelvan marcado al mar para contribuir con información al proyecto.
Finalmente, a lo que se quiere apuntar es a determinar tallas mínimas de captura, que es la primera medida de regulación que se requiere. Actualmente, no hay regulación en materia pesquera de ninguna de las cuatro especies, por lo tanto, se puede desembarcar cualquier tamaño, y eso está afectando notoriamente la salud de las poblaciones. Teniendo los antecedentes suficientes se podrá definir una talla mínima como el primer paso hacia una sustentabilidad de la pesquería.
Los encargados del proyecto recalcan que los tiburones pueden resistir pesquerías, pero ésta no puede ser caracterizada de la misma forma que una pesquería de sardina o jurel: los tiburones tienen particularidades en su historia de vida que los hacen vulnerables, y esa vulnerabilidad no es tomada en cuenta en la mayoría de los modelos pesqueros de peces óseos, pero la sustentabilidad es alcanzable. Por eso el objetivo final es haya un aporte económico de la actividad y que ésta no vaya en desmedro de la población que está siendo explotada.
Medidas de Éxito
El trabajo que se realizará mediante ADN ambiental metodológicamente ya está resuelto por trabajos previos, por lo que en laboratorio será sencillo determinar la firma molecular genética. En base a esto, un indicador del éxito del proyecto será lograr ahora una extensión latitudinal considerable a través del levantamiento de información en terreno.
Se ha trabajado hasta ahora con dos torneos de pesca que se realizan en el norte de Chile, en Iquique y Tocopilla, y pronto se sumará otro que se lleva a cabo en Antofagasta. Se trata de convocatorias que se hacen a nivel nacional, lo que permitirá tener un amplio alcance en diferentes grupos de pesca. También se está trabajando con diferentes sindicatos y asociaciones gremiales de pescadores, donde la labor consiste en realizar un acompañamiento y empezar un proceso de reeducación. Si bien los pescadores tienen un conocimiento empírico que es muy valioso, es urgente hacerles ver esta necesidad de conservación que tienen las especies. Esta labor se realizará en los principales puertos de desembarque del norte de Chile, entre ellos Arica, Iquique, Antofagasta, Taltal, Caldera y Coquimbo. De esta manera, parte del éxito del proyecto dependerá del involucramiento de ambos grupos.
Organización a Cargo del Proyecto
Socios
Investigadores de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte y de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Tarapacá; además del equipo de estudiantes tesistas e investigadores asociados al laboratorio CHALLWA de la Facultad de Ciencias de Mar y Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta.
Financiadores
Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID).
Fecha de Comienzo
2022 – 2024.
Región
Múltiples regiones.
Ubicación
El proyecto se desarrolla en playas y puertos de desembarque desde la región de Arica y Parinacota hasta la región de Coquimbo.
Desafíos
El mayor desafío va a ser la captura de animales (de hasta unos 40 kg) y manipularlos en embarcaciones para poder realizar el despliegue de los marcadores satelitales en terreno. Por otra parte, el desafío es seguir involucrando a las agrupaciones de pescadores artesanales, que son conscientes de la necesidad de tomar medidas para la conservación de las cuatro especies, y lo único que necesitan en este momento es una conducción que les introduzca a los procesos de mejora. Existe una buena recepción y se ha logrado una sinergia para el trabajo conjunto.
Necesidades
La principal necesidad se vincula con generar un mayor conocimiento en torno a la existencia de estas especies en la población nacional, y también la necesidad de traspasar y difundir información relevante a quienes se quieran involucrar en el proyecto para recibir capacitaciones en el proceso de reconocimiento de los ejemplares, sobre cómo liberarlos de forma segura y cómo contribuir con datos a esta iniciativa. Para ello se activará un sitio web para disponer toda esa información a quien quiera informarse, participar o tener un rol más activo en el proyecto.
Crédito foto de portada: © Andrea Fieber, algunos derechos reservados (CC-BY-NC). Ningún cambio fue realizado en la fotografía.
Contacto
Carlos Bustamante,
académico de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta.